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The story

Estas dos historias no son mías, las encontré por casualidad por facebook y me han encantado. Así que he decidido publicarlas para que todas podáis disfrutar de estas fantásticas novelas tanto como yo. No se quien las ha escrito pero son maravillosa. Espero que os gusten.


Gracias por leer.

martes, 13 de mayo de 2014

Story of my life - Capítulo 39


Capítulo 39:



Ella terminó de sacar la última valija que le quedaba. Charlie la tomó y la metió en el baúl de la camioneta que iba a llevarla a ella y a Mattie a tomar el avión que salía dentro de dos horas de allí. Soltó un suspiro y miró hacia la casa que estaba detrás de ella. Su mejor amigo salía de allí con todos sus bolsos y cosas. Ella sonrió levemente y se acercó a para ayudarlo. 

—¿Por qué te niegas a decirme que pasó? —le preguntó él y la dejó ayudarlo.
—Ya te dije que no pasó nada, Mattie…
—Mentira —sentenció él —Llegaste llorando y te encerraste en tu cuarto a hacer las valijas.
—Solo las cosas no van a suceder como yo lo creí…
—¿Lo vas a dejar aquí? —preguntó.
—No puedo obligarlo a ir conmigo… Este es su lugar y lo entiendo.
—Debería ir a patearle el trasero… —ella sonrió y llegaron hasta Charlie. El chofer terminó de acomodar las cosas. Sam salió de la casa con Marta del brazo.
—¿Están listos? —les preguntó.


María respiró profundamente y asintió. Su padre se acercó a ella y le dio los pasajes y varias carpetas con negocios y esas cosas. El cielo relampagueó y ellos miraron hacia arriba. Ya comenzaba a lloviznar. 


—Vamonos —informó Charlie —Antes de que los caminos se llenen de lodo y lleguemos más tarde de lo que tenemos que llegar.


El chofer se subió al auto y prendió el mismo. Matt se acercó a Maggi para abrazarla cariñosamente.


—Te voy a extrañar muchísimo, Mar, eres un encanto de mujer. Y yo mismo me voy a encargar de mandar a hacerte el mejor vestido de novias del mundo…


Marta sonrió con los ojos vidriosos.

—Muchas gracias, Mattie. Me alegro mucho de haberte conocido. Más te vale que estés aquí para la boda…
—¡No me la pierdo ni loca! —exclamó y rieron por lo bajo. Se alejó de ella y abrazó a Sam.
—Cuida bien a mi princesa —le indicó.
—Siempre, Sami, ¿con quien crees que estás hablando? —preguntó divertido. Se despidió de ellos con la mano y se subió al coche. 


María se acercó a la pareja y les dedicó una pequeña sonrisa. Marta miró a Sam y él también la miró a ella, para luego volver la mirada a su hija.


—Dale tiempo… —le dijo Marta —Está asustado. 


María apartó la mirada de ella y sintió que el nudo en su pecho se hacía más grande. En ese momento Álvaro era lo que ella más necesitaba… y él simplemente la dejaba caer. 


—Nos veremos en un par de meses, Marta —le sonrió y la miró —Cuida mucho a mi papito lindo… sé que lo dejo en un muy buenas manos.
—Claro que si —dijo ella y se acercó a abrazarla. María cerró los ojos y dejó que aquel abrazo la llenara. Marta era una mujer que le trasmitía seguridad —Él te ama, María, jamás dudes eso —le susurró al oído —Pero solo teme no poder darte lo que él cree que necesitas…
—Yo solo lo necesito a él —murmuró ella.
—Lo sé, lo sé —asintió Marta y le acarició el cabello. 



Charlie tocó la bocina, avisándole a María que se apresurara, ya que la lluvia comenzaba a caer con más fuerza. La morena se alejó de Marta y abrazó a su padre.


—Te llamaré cuando lleguemos —le dijo.
—Está bien, mi cielo… No sabes como te agradezco que estés haciendo todo esto por mí. Te amo.
—Y yo a ti, papi —asintió.


Él besó su frente. En ese momento cameron salió de la casa. María le dedicó una pequeña sonrisa.


—Adiós, señorita María —le dijo él —Muchas gracias por todo lo que ha hecho por nosotros.
—Adiós, Alex.


Suspiró y salió de debajo del pequeño techo que los resguardaba de la lluvia para acercarse a la camioneta. La lluvia empapó un poco su rostro y cabello. Estaba por subir cuando escuchó el relinche de un caballo a lo lejos. Giró la cabeza hacia el sonido y allí los vio a ambos. Álvaro y White la miraban desde la distancia. 


—Estaré bien —musitó ella, creyendo que él por ahí podía leer sus labios. Pero en realidad no lo estaría.
 Claro que no. 

Álvaro vio como ella se subía al auto y cerraba la puerta. La lluvia comenzó a caer con más fuerza, empapándolo aun más. White se movió algo nervioso, pero él lo calmó. 

La camioneta arrancó y con ello la desesperación de Álvaro. Ahí se iba de nuevo el amor de su vida. Lo dejaba. La veía alejarse, la perdía esa noche. No lo entendía… no entendía por qué simplemente no podía agarrar e irse con ella.


No entendía por qué no podía mantenerla a su lado. Golpeó a White a un costado y el caballo salió a toda velocidad por el medio de un camino de árboles que daba justo al costado del camino por el cual la camioneta iba pasando. 


Logró alcanzar la velocidad del vehículo. Pero no podía ver a María, ya que los vidrios eran polarizados. Y entonces el auto aceleró, la lluvia se hizo más intensa. White se detuvo y ella y todas sus esperanzas desaparecieron bajo el temporal. 


Otra vez se sentía como un niño de 13 años, al que le arrebataron una parte de su corazón. Entonces las primeras lágrimas cayeron por sus empapadas mejillas. La había perdido de nuevo, solo que ahora él tenía toda la culpa.








Hola amores!!!


Siento haber tardado tanto en subir estaba con los examenes finales y no he podido subir. Espero que os haya gustado el nuevo capítulo y siento deciros que ya solo quedan tres para terminar. Espero vuestros comentarios con lo que opinais sobre el capítulo.

Gracias por leer.

Besos, María.

PD: aun teneis tiempo para poder participar en la nueva novela que subire, solo teneis que entrar en la entrada que pone AVISO y dejar vuestro comentario.

sábado, 3 de mayo de 2014

Story of my life - Capítulo 38


Capítulo 38:



Él salió del baño luego de haberse dado una merecida ducha. Realmente estaba agotado y lo que necesitaba era tirarse a dormir, por lo menos una hora. Miró la hora en el reloj de pared y marcaban las dos de la tarde. ¡Que rápido que pasaba la hora!

Luego de haber dejado a María en la puerta de la casa, se había dirigido a las caballerizas, había acomodado a White y se había puesto a trabajar un poco con un par de sus compañeros. Luego su panza había gruñido del hambre y decidió dejar sus tareas para otro momento. Su cuerpo estaba pidiendo a gritos parar por un par de horas. 


Se dejó caer en la cama, luego de ponerse un pantalón cómodo para dormir. Hacía algo de calor, así que había obviado la remera. Colocó los brazos detrás de su cabeza y miró fijamente al techo. Enseguida ella llegó a su mente…


En ningún momento María había salido de sus pensamientos. Constantemente recordaba cada beso y caricia compartida y se estremecía como un niño. Sonrió divertido. Ella tuvo razón en decirle que iba a pasar todo el día pensando en lo que pudieron haber hecho si se quedaban… 


Dos suaves golpes llegaron a la puerta. Él se incorporó y dio el permiso para que entraran. Ella se asomó y él sonrió abiertamente.


—Estaba pensando en ti… —le confesó.


Ella sonrió tímidamente e ingresó del todo. Cerró la puerta con cuidado y se acercó lentamente a la cama.
 Se iba a sentar en la silla que allí estaba, pero Álvaro fue rápido y la tomó de la cintura para sentarla sobre su regazo. Pudo notar que había algo raro en ella, ya que su expresión era algo seria. 

—¿Estabas por dormir? —le preguntó ella dulcemente y le acarició el rostro, para luego acomodar un poco sus cabellos.
—Solo estaba descansando el cuerpo —respondió él. María evitaba sus ojos. Miraba su boca, su nariz, su frente… pero no sus ojos —¿Qué sucede?
—Tengo que decirte algo…
—¿Qué cosa? —inquirió algo preocupado. 


Ella sonrió y entonces le plantó un largo besó en los labios. Era un beso simple, sin necesidad, pero con amor. Separó sus bocas y volvió a jugar con su pelo. 


Pero él no se conformó. Le tomó el rostro con una mano y la posicionó a su comodidad, para luego capturar su boca y besarla a gusto. María suspiró y le rodeó el cuello con ambos brazos, acercándolo a ella hasta casi ahogarlos a ambos. 


Cuando se alejaron, ambos luchaban por encontrar un poco de aire que llenara sus pulmones. Álvaro le acarició el cuello, subió hasta sus mejillas y tocó sus labios húmedos.


— Álvaro …
—No quiero escuchar si es algo malo.
—Pero por ahí no es algo malo.
—¿Lo es? —preguntó.
—No… no lo sé.
—Entonces, de verdad, no quiero saberlo, María…
—Pero… Álv…
—María…
—Solo…
—No…
—… escúchame…
—… necesito…
—… por un segundo…
—…saberlo…
—¡Debo irme a la ciudad hoy mismo! —elevó un poco más su voz sobre la de él.


Álvaro se quedó mirándola fijamente. ¿Qué es lo que ella acababa de decir? No, no podía ser verdad. Sacudió la cabeza y la miró bien.


—¿Qué dijiste?
—Voy a viajar dentro de 4 horas a la ciudad…
—Me dijiste que no ibas a irte —murmuró perplejo.
—Si, lo sé, pero escúchame —dijo y tomó su rostro con ambas manos, manteniendo la mirada de él sobre la suya —Quiero que vengas conmigo.


Él frunció el ceño y volvió a repetir mentalmente las palabras que ella acababa de decirle. 


—¿Qué?
—Papá necesita que vaya a la ciudad para hacerme cargo de la empresa hasta que logremos venderla…


Álvaro se puso de pie, separándose de ella y comenzó a caminar de un lado hacia el otro. María lo miraba nerviosa, sabía que aquello no iba a ser bueno. 


Entonces así como si nada el salió de la habitación. Ella tardó un poco en reaccionar pero siguió sus pasos, llamándolo repetidas veces. Él no se detuvo y siguió caminando hasta estar fuera de la casa. Cuando estuvo fuera se sorprendió de ver las nubes negras que cubrían el cielo. Y sintió una presión en el pecho.


—¡ Álvaro ! —lo llamó ella de nuevo saliendo de la casa también. Álvaro giró para mirarla. María caminó a paso rápido hasta quedar frente a él —¡¿Por qué diablos me dejas sola cuando estoy tratando de decirte algo importante?!
—No puedo irme… —musitó con los ojos vidriosos.


Ella dejó de parecer alterada, para pasar a asombrada y algo… decepcionada. 


—¿No… no vas a venir conmigo? —preguntó con duda


Él apretó los labios. ¿Cómo demonios él iba a dejar todo aquello que lo rodeaba? Pero principalmente ¿Cómo iba a dejarla ir de nuevo? ¿Otra vez? ¿Otra vez la iba a perder? Pero él no era un hombre de ciudad. No le iban las aglomeraciones, ni las grandes construcciones. El tráfico incontrolable y el caos de cada día en aquel infierno urbano. Él era un hombre de campo, al que le gustaba despertarse por las mañanas con el fresco aire de campo entrando por sus pulmones y gracias al canto de algún gallo. Le gustaba su trabajo. Amaba los caballos que cuidaba. Aquel era su lugar. 


—No, no voy a ir…


María sintió algo más que decepción al oír sus palabras. Sabía que por ahí aquello era todo muy exagerado, ya que solo se iría por un par de meses y podría volver y todo estaría bien y ellos podrían seguir con su historia juntos. Pero… ¿Por qué ella iba a sacrificar todo lo que amaba de la ciudad por él, cuando él no lo hacía por ella? Claro que a María le encantaba el campo y se sentía ella misma en ese lugar. Pero saber que Álvaro no estaba dispuesto a jugarse por ella, solo un poco, la llenaba de simple dolor. 


Asintió y sacó su mirada de él para fijarla en el horizonte. ‘Tormenta’ pensó al ver las nubes negras que estaban allí. 


—Bien —habló luego de unos segundos —Respeto tu decisión, Álvaro, y te entiendo… Mattie vendrá conmigo, así que no estaré sola…
—Pero no quiero que te vayas…


Ella rió, pero en una especie de frustración. 


—No puedes estar hablando en serio…
—Claro que estoy hablando en serio —dijo ya algo nervioso —Te dije que te amaba y que quería pasar el resto de mi vida contigo hace un par horas y ahora… ¿te vas?
—No me voy porque quiera irme —aseguró ella apretando los dientes. ¿Acaso él creía que ella se iba porque amaba la idea de volver al caos? —Me voy porque tengo que irme… Y de verdad, Álvaro, me encantaría que vinieras conmigo…
—¿Acaso no lo entiendes, María? —preguntó —Yo no pertenezco a ese lugar, ¿Qué voy a ir a hacer allí mientras tú estés de reunión en reunión todo el día? ¿Me vas a llevar a las fiestas que se te van a presentar en la alta sociedad? ¿Me presentaras como que? ¡Soy un simple peón! Sé leer, sé escribir, sé algunas cosas de historia y soy bueno con los números. Pero eso no le alcanza a tu gente… para ellos no seré más que tu empleado, que seguramente esta intentando sacarle ventaja a la situación…
—No es así —musitó ella.
—¿No? —dijo y rió nerviosamente —Claro que es así… Ya me puedo imaginar lo que dirán tus amigas cuando digas que te enamoraste del capataz del campo de tu padre: María, que bajo has caído.
—¡No me importa lo que digan los demás! —exclamó ella ya no conteniendo las lágrimas en sus ojos.
—¡Pues a mí si! —dijo él, dio unos pasos hacia atrás, alejándose de ella —No quiero que el día de mañana me recrimines que no soy lo suficiente bueno para ti, cuando empieces a darte cuenta de que en realidad no soy lo que esperabas…
— Álvaro …


Él negó con la cabeza y dio media vuelta para dirigir sus pasos hacia otro lugar. Necesitaba pensar un poco.


Ella vio como él se iba haciendo más pequeño a medida que caminaba. Se le estrujó el corazón. Él no entendía aun lo que ella sentía por él, y ella no entendía que más tenía que hacer para demostrárselo. Pero sabía que en ese momento no podía hacer nada. Simplemente iba a irse...

Álvaro siguió caminando, sin mirar atrás. Le dolía saber que en realidad no todo era color de rosa. Se pasó la mano por el rostro, frustrado. 


—Te amo, princesa...
—Te amo, salvaje…


Murmuraron los dos a la vez pero sin saber que el otro también lo decía.







Hola amores!!!

Siento tanto la tardanza pero estoy liadisima con los examenes finales y luego con selectividad. Espero que puedan perdonarme y también por no subir ninguno de un amor de verano y de la verdadera historia de cato y clove, pero creo que no subire de esas novelas hasta que no me den las vacaciones. Ya lo siento mucho pero no voy a tener tiempo y necesito concentrarme en los examenes, espero que me puedan comprender. 

Pero no os preocupeis que de esta si subire, cuando tenga tiempo, y cuando acabe que le queda muy poquito de la nueva.

Espero que les haya gustado el nuevo capítulo y como siempre espero vuestros comentarios.

Gracias por leer.

Besos, María.

PD: aun podeis participar en la nueva novela, solo teneis que dejar vuestro comentario en la entrada que pone AVISO y poner lo que pido!! Gracias.