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The story

Estas dos historias no son mías, las encontré por casualidad por facebook y me han encantado. Así que he decidido publicarlas para que todas podáis disfrutar de estas fantásticas novelas tanto como yo. No se quien las ha escrito pero son maravillosa. Espero que os gusten.


Gracias por leer.

miércoles, 9 de julio de 2014

Adicto a Ti -- Capítulo 2


Capítulo 2:

Después de que la maestra me mandara a dirección, el director me sermoneo. No sé ni de que me hablaba me perdí cuando él me dijo Dani Fernández ya tan pronto en dirección... después de eso ni me pregunten qué me dijo porque no tengo ni la menor idea me fui completamente en mis pensamientos, recordando ese beso.

Ambos se acercaron a donde yo estaba sentado. Los miré y les hice un gesto para que se sentaran.


-La hiciste buena esta vez —me acusó Marco, con una sonrisa mientras me daba una palmada en la espalda y se sentaba a un lado de mí en la mesa.


Estábamos en la cafetería de la Universidad.


-Nunca me enorgullezco de mis impulsos —le contesté encogiéndome de hombros.
-Volviste a caer en la dirección y todavía no son las 10 de la mañana —sentenció Cantó.
- Así es —contesté.
-¿Y cómo te fue? —preguntó Carlos.
-Creo que el rector y la secretaria están tomándome afecto. Me invitaron un café, unos bocadillos y el rector se fumó un cigarrillo conmigo mientras me decía la importancia de causar una buena impresión en esta Universidad, debido a las altas personalidades que aquí se encuentran —rieron con ganas.
-Ya no hayan como llegarte… —dijo Blas en una carcajada.
-¿Llamaron a tu padre? —preguntó Carlos. Me encogí de hombros.
-No —contesté secamente —El director prefiere tratar esto directamente conmigo… creo que mi padre ya le pidió que no le hablara cada 5 minutos por mis estupideces. De todos modos él no se encuentra en el país.
-Viaje de negocios —dijeron mis amigos al unísono.
-Fiesta —sentencié con seguridad.
-Me agrada como trabaja tu mente —dijo dándome una palmadita en la espalda Carlos.
-Mira quien viene ahí —dijo Blas con desenfado y un poco divertido —Parece estar enojada.


‘Ay no Mary, no por favor’ pensé.


No estoy de humor para ser simpático, y mucho menos con ella. Me volteé con temor y sonreí al ver que era la nueva y echaba chispas por los ojos. Me puse de pie.


-Lo siento —me disculpé cuando estuvo cerca y paró en seco su brusco andar.


Estuvo bueno ese beso y no me arrepiento de habérselo dado, pero no estuvo bien besarla sin su permiso.


-¿Te arrepientes? —me preguntó haciendo un esfuerzo por controlarse.
-No —fui sincero y recibí un puñetazo en la cara de su parte. Esto era extraño, normalmente las chicas dan cachetadas. Me sobe —¿Y eso por qué fue? —pregunté haciéndome el inocente.
-¡Por besarme sin antes preguntarme! —me dijo y giró sobre si misma para volver a irse.


Yo la tome del brazo y la jalé hacia mí.


-¿Te puedo besar? —le pregunté.
-¡No! —me dijo y jaló su brazo para poder irse.


Entonces la tomé por la cintura y la sujeté con firmeza. La volví a besar mientras forcejeaba conmigo para soltarse. Y la besé de la misma manera que antes, pero esta vez fui más rudo. Todavía me ardía la quijada por su culpa. Hasta que se quedó quieta y dejó caer sus brazos a los costados. Sus ojos miraban fijamente los míos, mientras mi boca seguía sobre la de ella. Me aleje despacio y le tapé la boca con mi mano derecha antes de que me gritara.


—Dijiste que te enojaste por qué no te pregunté —me justifiqué con una sonrisa de autosuficiencia —Nunca dijiste que no podía besarte si te negabas.


Los chicos rieron detrás de mí y a ella por un momento se le hicieron agua los ojos. Luego los apretó y volvió a tener esa mirada de decisión que le pude ver hace unos momentos.


Vi a donde se dirigían sus ojos y me imaginé lo que estaba maquinando en su mente como contra ataque. La giré para que me diera la espalda, apoyando su espalda sobre mi pecho, para mantener la parte más sensible de mi cuerpo lejos de sus rodillas, pero bastante cerca de su trasero. Sonreí pervertidamente.


—Ahora discúlpame por mi atrevimiento —negó con la cabeza —Me temo que debo insistir. Por favor siéntate con nosotros —volvió a negar con la cabeza —Esta bien, supongo que quieres conservar algo de tu orgullo e irte de aquí —ella asintió —Y si te dejo golpearme… ¿Te quedarías? —le pregunté casi rogando.
Ella no respondió de inmediato seguramente lo estaba considerando. Debía estar pensando en el placer de propinarme otro puñetazo, mientras a mí me consumían las ansias por conocer su nombre y platicar con ella. Ella asintió, lentamente, con la cabeza.
—Está bien, te soltaré poco a poco —dije y solté el agarre que ejercía mi mano izquierda en su cintura. Mientras quitaba mi mano derecha de sus labios, giro rápidamente y me dio otro puñetazo en el mismo lugar que antes —Auch.


Me sobé más de lo que realmente hubiera deseado para complacerla. Seguramente ella deseaba que su golpe me hubiera roto la quijada o haberme roto la nariz. Y seguramente a ella le duele la mano como mil demonios.


—Por fin una chica se atreve a darte tu merecido —dijo Carlos y la felicitó —Eres mi nueva mejor amiga —aseguró.
—Seguro —me limité a decir mientras sacaba una silla para que ella se sentara. Cuando así lo hizo me senté a su lado —Debo admitir que sí pegas duro —le dije y me sobé de nuevo.


Blas me miró con suspicacia al igual que Lou, ellos sabían que yo estaba siendo condescendiente con ella. Habiendo sido parte del equipo de lucha en la secundaria puedo soportar mucho más que el golpe de una niña.


—Bueno, te lo merecías —respondió ella —Tu novia está mirando hacia acá.
—¿Qué? —dije por lo bajo.
—Cree que te estoy seduciendo —los chicos trataron de ahogar una carcajada ante su comentario.
—Ella no es mi novia —le aseguré.
—Se lo deberías de informar, al parecer ella no lo tiene del todo claro.
—Bueno, supongo que tendré que hablar con ella —dije y volví a concentrarme en ella. Sin discreción miré sus piernas. Acomodó su garganta. Volví mi mirada a su rostro —Dime ¿Cómo te llamas?
—Abril —respondió.
—Completo —le dije. Revoleó los ojos.
—Abril Anne Brooks—dijo en su suspiro —¿Y tú?
—Dani Fernández.
—Un nombre corto —dijo ella y Carlos ahogó una carcajada.


Seguramente estaba pensando en algún doble sentido para su comentario.


—Mi nombre es Blas Cantó, es un gusto conocerte Abril —se presentó Blas
—Igualmente—respondió ella con una sonrisa.
—Yo me llamo Carlos Marco —se presentó.
—Mucho gusto Carlos —dijo ella.
—Dime como quieras —le pidió él y yo revoleé los ojos.
—Dime Abril, ¿Qué fue lo que te hizo Mary? —preguntó Blas.


Fue entonces que le presté más atención y volteé a ver a Mary con mayor detenimiento. Estaba hecha un desastre. Tenía los ojos llorosos, los cabellos revueltos. Un rasguño, si no me equivoco, en la cara. Abril se encogió de hombros.


—En realidad, creo que fui yo quien le hizo algo a ella —dijo mientras se iba apagando su voz.
Claramente estaba avergonzada de lo que hizo —Pero todo fue por su culpa —me apuntó a mí con resentimiento —Yo normalmente no hago uso de mis fuerzas de esa manera —dijo con orgullo de sí misma. Me hizo reír por dentro.
—¿Por qué dices que todo fue por mi culpa? —pregunté. 


Se volteó a verme con la mirada fría y venenosa.


—Porque me besaste —dijo con odio.
—No veo donde esta lo malo —me hice el desentendido.
—¡Se supone que tú y ella son novios! —dijo indignada —O por lo menos eso es lo que ella a contado durante toda la semana a todas las mujeres de la escuela para que no se te acerquen más. ¡Y vienes y me besas! En verdad yo no quería problemas y vengo y me topo contigo. Sabía que me darías dolores de cabeza apenas te vi —dijo con resentimiento.
—Es su problema, yo en ningún momento le pedí que fuese mi novia —le contesté al instante.
—Yo no sé, ni me interesa que clase de relación sostienes con esa loca. Pero por favor mantenla alejada de mí. No sé por qué, pero solo ver su rostro me desespera. Es una rubia teñida que al parecer la pintura le ha quemado las pocas neuronas que seguramente le quedaban —los tres reímos—Ya le tuve que dar una lección por amenazarme con sus estupideces no quiero tener que…
—¿Qué clase de lección le diste? —preguntó Blas demasiado interesado en la plática al igual que Carlos.


La tal Abril se volvió a encoger de hombros.


—Nada digno de contarse —dijo poniéndose nerviosa —Ni de repetirse…
—Ella te mira con demasiado odio —dijo Lou mientras veía a Mary al otro lado de la
cafetería con sus amigas, las cuales no quitaban la vista de nosotros ni por un minuto. Abril se encogió más.
—Yo también odiaría a la chica que me hiciera lo que yo le hice a ella —su voz era apenas audible debido a la vergüenza que sentía de sus acciones.
—¿Le pegaste? —pregunté sin poder creerlo y ahí supe porque Mary estaba así.
—Podría decirse que… sí —dijo asintiendo levemente con la cabeza.
—Creo que estoy enamorado —dijo Carlos mientras tocaba su corazón y miraba a Abril fijamente.
—La futura madre de mis hijos —aseguró Cantó mientras hacia un ademán de grandiosidad hacia Abril, como si estuviese mostrando un producto en televisión.


La chica terminó poniéndose completamente roja ante las afirmaciones de mis amigos, yo me limité a patearlos por debajo de la mesa. Ellos apenas hicieron un gesto y recobraron la compostura rápidamente.


—Lastima —soltó Blas apenas audible.


Mi celular comenzó a vibrar, lo abrí por debajo de la mesa y leí lo que decía mientras Blas entretenía a Abril y Carlos me miraba fijamente.


- ¡No la mereces! Déjamela a mí —pidió Carlos.


Al instante le devolví el mensaje.


- Ya la bese, es mía. ¡Mantente alejado! —respondí.


Cuando lo vi leer el mensaje gruñí suavemente, pero suficientemente alto como para que él me escuchara.


—Abril ¿Quieres casarte conmigo cuando terminemos la Universidad? —alcancé a oír cuando Blas le susurraba al oído.


Yo la tomé por la cintura y la acerqué más a mí. Pronto me arrepentí de esto, pues ella me dio un codazo que casi me saca el aire por completo.


—¡Quieren dejar de acosar a Abril por favor! —les pedí a mis amigos, respirando agitado por el golpe de ella. Me miraron con ojos venenosos, incluida ella. Tal vez no fue la correcta forma de expresarlo, cuando fui yo quien la besó dos veces sin su permiso.


—Hipócrita —me acusó ella.
—No lo podría haber expresado mejor —aseguró Blas y Carlos asintió a manera de
aprobación.
—Hora de volver —dijo Carlos y se levantó.


Ella miró el reloj en su muñeca.


—Es cierto —dijo ella y se puso de pie —Fue un gusto conocerlos Blas, Carlos y…Fernández.
—dijo mi nombre con resentimiento.


Yo me reí en mi fuero interno por su clara indignación para conmigo. Una chica normal estaría volviéndose loca por que la besé y se lo estaría platicando con cada detalle a sus conocidas.


Pero ella estaba molesta. Eso me gustaba.


—Igualmente Abril —le dijo Carlos.
—Cualquier cosa que necesites… estamos por aquí —le dijo Blas.
—Muchas gracias —les dijo ella y comenzó a caminar.


Los tres miramos como se alejaba. 


—Te lo dije, ella no es más de lo mismo —dijo Carlos —Fernández, ya tienes a Mary y a todas. Déjanos a nosotros a esta chica.
—Carlos tiene razón… no la mereces —me dijo Cantó.
—Además de que simplemente te detesta…
—Ya no tienes oportunidad…
—¿Vas a ser un buen amigo y nos la vas a dejar? —preguntó Carlos.


Mi mirada aún estaba perdida en la dirección en la que ella se había ido. Había algo muy interesante en aquella hermosura.


Y no era solo su particular belleza. Era su carácter… una chica con ese carácter no es muy fácil de que encontrar.


—¿Qué piensas? —me dijo Blas.
—Que ni loco —le dije sin dejar de mirar en la dirección a donde ella se había ido —Ya se los dije, es mía.






Hola amores!!!

Espero que os haya gustado el nuevo capítulo y que dejeis vuestros comentarios. Gracias por leer.

Besos, María.

5 comentarios:

  1. Ha sido un capítulo un tanto extraño pero bueno... jajaja
    No entiendo como pudo sentarse allí cuando Dani la besó, si le pegó y todo jajaja
    Quiero saber más :)
    SIGUIENTE :)

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  2. hola, aquí estoy leyendo tu nueva novela no te creas que no la iba a leer jejeje y losiento mmuchísimo por no comentar antes pero es que no tuve tiempo y por favor sube ya el tercero
    BESOS

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    1. No pasa nada cielo jaja me alegro de que te haya gustado. Pronto

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  3. Me alegro de que te guste cielo jaja :P

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