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The story

Estas dos historias no son mías, las encontré por casualidad por facebook y me han encantado. Así que he decidido publicarlas para que todas podáis disfrutar de estas fantásticas novelas tanto como yo. No se quien las ha escrito pero son maravillosa. Espero que os gusten.


Gracias por leer.

lunes, 1 de septiembre de 2014

Adicto a Ti - Capítulo 11


Capítulo 11:

Nos acercamos a una de las mesas donde había comida y cosas para tomar. Ella miro esporádicamente y soltó un frustrado suspiro. 
-¿Qué sucede? - Le pregunte
-Puedes creer que no tengan nada que no provenga de un pobre animal- dijo 
-¿Estás segura?-dije y giré a ver la mesa. Ella tenía razón, allí había de todo pero nada no proveniente de un animal.
-Son todos unos cerdos-dijo mirando a la gente. -Presumiendo su dinero y poder, y riendo con una copa de Martini entre los dedos.
-¿No te gusta esa gente?
-Para serte sincera, no. Pero toda mi vida he vivido entre ellos y aún así no los tolero.
-Te entiendo, esta gente es demasiado irritante-Le dije. Se giró a verme. 
-¿Vienes seguido verdad?- preguntó. 
-Sí- dije asintiendo.
-Es la primera vez que vengo a un lugar como este. Y te aseguro que hubiera preferido quedarme en casa mirando una película y comiendo helados.
Mire a nuestros padres y hablaban animadamente.
-¿Crees que hagan algún negocio?- Le pregunte. 
-¿Quién sabe?- dijo y los miro también- ¿Ese es tu padre?
-Sí, él es mi padre- dije en un suspiro. 
-No te pareces mucho a él - me dijo. Giré a verla.
-No, me parezco más a mi…
Me miro esperando que terminara de hablar. Sentí un pequeño nudo en el pecho, algo que me impedía hablar de ella
— ¿A tu madre? —preguntó. Salí de mis pensamientos y la miré.
—Sí, sí a ella —dije rápidamente. Miré hacia uno de los ventanales y la noche se veía bella. Sería bueno salir un poco —Oye, ¿salimos de aquí?
— ¿A dónde? —me preguntó confundida por mi repentino interés de salir de allí.
—Conozco este lugar, he venido antes. Tiene un muy bello jardín, podemos salir a caminar —le dije. Miró a su alrededor y volvió a mirarme. 
—Está bien, vamos —me dijo. 
Apoyé una mis manos en su espalda y la dirigí levemente hacia fuera. Salimos y la leve brisa goleó nuestros rostros. No hacía calor, ni frío. La noche en verdad era perfecta. Comenzamos a caminar, por lo que parecía un laberinto de enredaderas. 
—Wow, esto es increíble —dijo mirando a su alrededor.
—El jardinero que hizo esto se merece una consideración —acoté —Juguemos a las veinte preguntas.
—Que sean cinco —dijo divertida.
— ¿Cinco? ¿Nada más cinco?
—Nada más —sonrió. 
—Está bien, acepto tus condiciones. Comenzaré yo —acomodé mi garganta — ¿Te agrada haberte encontrado conmigo esta noche?
Rió por lo bajo y me miró de reojo. 
—Ciertamente…no me molesta —dijo. 
—Oh, eso es bueno —le dije y ambos reímos 
— ¿Playa o montaña?
—Depende —contestó. 
— ¿De qué?
— ¿Esa es otra pregunta? —preguntó. 
— ¿La vas a contar como pregunta? —le dije. Sonrió. 
—Sí —dijo asintiendo. 
—Eres tramposa —la acusé. 
—Depende de la persona con la que vaya. Si estoy con amigas, prefiero ir a la playa. Y si estoy con alguien especial, preferiría ir a la montaña. 
— ¿Por qué? —dije interesado en saber eso. 
—Van cuatro, señor Fernández —dijo divertida. 
—Lo sé, lo sé. Pero prefiero saber —dije y la mire. 
—Lo mejor de tener frío, es poder entrar en calor —me dijo. 
Detuve mi paso y vi como caminaba. Se giró a verme y rió divertida. 
— ¿Qué te sucede? —me preguntó. 
Sonreí levemente y caminé hasta ella sin decir nada. 
Seguimos caminando y divisé un bonito lugar, era una especie de cúpula rodeada de flores y plantas. 
—Vamos allí —le dije y le di mi mano. 
Ella me miró y con un poco de duda la tomó. Caminamos hasta allí y le di el paso para que pasara. Miró a su alrededor y luego me miró. 
—Este lugar es hermoso —dijo. 
—Como yo —afirmé. Me miró divertida —Y como tú por supuesto.
—Oh, que galante —dijo divertida. 
—Si te pregunto si quieres bailar, ¿la tomas como pregunta? —le pregunté.
—No hay música —me dijo mientras trataba de no reír.
—Tenemos imaginación cariño —le dije por lo bajo. 
Estiré mi brazo para que ella apoyara su mano en la mía. Rió quedamente y se acercó un poco a mí para tomar mi mano. 
Con un leve movimiento coloqué mi mano en su espalda y la acerque rápidamente a mí. Me miró fijo a los ojos. Apoyó su otra mano sobre mi hombro.
Comencé a moverme de un lado para el otro, haciendo que ella también moviera un poco sus pies. De repente escuchamos como un poco de música llegaba hacia nuestros oídos. Giramos la cabeza y un grupo de músicos se encaminaba para tocar algo. 
Abril sonrió y bajó la mirada algo sonrojada. Yo les agradecí a los muchachos con un leve movimiento de mi cabeza. Volví mi mirada a ella y busqué la suya. 
Ella trataba de esquivarme, hasta que no tuvo más remedio que mirarme fijo a los ojos. Sus pestañas eran largas y oscuras, provocaban que sus ojos fueran más profundos y cautivadores. Con la música a nuestro alrededor, una maravillosa noche estrellada y por supuesto mi inexplicable atractivo tenía todas las de ganar. Podía besarla…
— ¿En qué piensas? —me preguntó. 
La hice girar una vez y la volví a acercar. Mi mano cosquilleo ante el contacto sublime que
provocaba la piel desnuda de su espalda. 
—En las casualidades de la vida —contesté. 
— ¿Casualidades?
—Sí —dije asintiendo —¿No te parece una casualidad todo esto? El habernos encontrado en este
lugar esta noche.
—Casualidad, destino o lo que sea. No creo en ninguno de ellos. 
— ¿Ah, no? 
—No —dijo negando levemente con la cabeza —Para mí la vida es otra cosa. Cada uno va armando
su propio camino, va tomando sus propias decisiones. Las cosas pasan porque nosotros queremos que así pasen. 
— ¿Estas queriendo decirme que querías verme esta noche?
Rió por lo bajo y me miró. 
—Te queda una pregunta —me dijo. 
— ¿Puedo besarte?
Sus brillantes y extravagantes ojos se clavaron fijamente en los míos. Recorrí con mi mirada cada
perfecta facción de su rostro, cada peligrosa curva de sus labios. Su boca estaba semi-abierta. Yo
solo debía inclinarme y atraparla. 
—No —me contestó. Volví mi mirada a sus ojos. 
— ¿Por qué no?
—Porque no. 
Se alejó de mi agarre y salió de allí dejándome algo confundido. Miré en la dirección en la
que estaba caminado, y a paso rápido casi estaba llegando a la entrada del salón, corrí detrás
de ella y la alcancé. Tomé su brazo para hacerla girar y que me mirara. 
—Lo siento, siento si te incomodé… no era mi intención. Pero no puedes culparme por querer
besarte. No hubiera podido dormir, de no haberlo intentado.
—Tranquilo —me dijo —Por lo menos vas mejorando. Has preguntado y te has abstenido después de una negativa…
Ella giró para entrar. 
—Abril espera —la llamé. Se giró a verme —Otra pregunta. 
—Ya has hecho cinco, pero... bueno, ¿Qué quieres saber?
— ¿Podrás dormir esta noche sin haberlo intentado? —le pregunté. 
Ella solo me miró fijo y no habló durante unos cuantos segundos.
Pensé que en cualquier momento mi Dani despreocupado y arrebatado iba a salir de mí, para
tomarla de la cintura y besarla sin permiso, pero giró sobre ella misma y entró sin decir nada. 
—Sí —dije asintiendo levemente. —Eso pensé. No podrás dormir esta noche. 
Sonreí para mí mismo.
Entré y vi como se acercaba a nuestros padres. Apresuré un poco mi paso y también me acerque a
ellos. 
—Oh, aquí estas hija —dijo el señor Brooks —Greoff, ella es Abril, mi hija.
—Mucho gusto Abril —le habló él. 
—El gusto es mío señor Fernández —dijo ella. 
—Él es mi hijo…
—Ya tuve el agrado de conocerlo —lo detuvo Greg Brooks. Mi padre me miró de reojo. Vi como Abril le
decía algo al oído a su padre. Greg nos miró consecutivamente —Lo lamento señores, pero
nosotros debemos retirarnos. 
—Fue un placer conocerlo, señor Brooks —dijo mi padre.
—Igualmente, señor Fernández —dijo él. 
—Señorita —inclinó la cabeza ante Abril.
Ella bajó un poco la cabeza.
—Buenas noches —dijo ella y tomó el brazo de su padre para comenzar a caminar. Antes de
alejarse del todo, giró su cabeza para entregarme una extraña mirada. 
'Aaay cariño, sé que te mueres de ganas por que vaya hacia ti y te bese como Dios manda' pensé
sin dejar de mirarla. 
— ¿Se puede saber dónde demonios estabas? —me preguntó Greoff haciendo que deje de mirar a
Abril. 
— ¿Linda chica, no crees? —le pregunté.
—Deja de hacerte el idiota. Contéstame lo que te pregunte. 
—Solo estaba tomando un poco de aire, ¿está bien?
—Te estuve buscando, como un loco, te necesito para una importante charla de negocios.
—Tranquilo, ya estoy aquí para salvar tu trasero.
Me miró con enojo y yo solo lo ignoré. 
—Vamos —me dijo y nos acercamos a un grupo de personas que hablaba concentradamente. 
Luego de la tediosa velada, yo regresé a mi casa, mientras que mi padre se fue a su departamento.
Me quité el abrigo y lo dejé sobre el sillón, para luego sentarme en el mismo. 
¡Maldito viernes solo en casa! Podría llamar a los chicos para que vinieran a hacerme compañía.
Tomé mi celular y encontré un mensaje nuevo. Era de Blas.
—Hermano, te conseguí lo que querías. El número de Abril.
Leí y solté una leve carcajada. Guardé el número de Abril y luego miré mis contactos. Nunca había tenido agendado el número de una mujer. No era mi costumbre. Bueno, pero esto era un caso especial. ¿Qué pasa si la llamo?
Escuché como sonaba una… sonaba otra, una más…
—¿Hola? —me atendió. 
—Cariño, pensé que estabas dormida —le dije. Guardó silencio unos segundos.
—¿Dani? —preguntó. 
—¿Cómo lo supiste? —pregunté haciéndome el galante.
—Eres el único idiota que me dice cariño —aseguró. Yo reí — ¿Por qué tienes mi número?
—¿Qué? ¿Acaso no me lo hubieras dado si te lo pedía?
—Mmmmm, sí o no sé —contestó.
— ¿Dónde estás?
—En mi habitación, en mi casa. 
— ¿Llegaste hace mucho?
—Hace bastante, sí —dijo ella.
Reí por lo bajo y miré las puntas de mis pies.
— ¿No puedes dormir verdad? —dije al recordar mis palabras fuera del salón. 
— ¿Por qué? —dijo ella. 
— ¿Cómo por qué? —dije yo.
—Si, ¿Por qué dices que no puedo dormir?
—Porque no me dejaste besarte.




Hola amores!!!

Espero que os haya gustado el nuevo capítulo y espero vuestros comentarios. Una vez más gracias por leer.

Besos, María.

4 comentarios:

  1. ¡Anda ya! ¡le ha dicho que no! D: no me creo todavía que haya preguntado jajaja.
    Si fuera ella querría saber por qué tiene mi número, aunque le tenga que preguntar mil veces jajajaja.
    Cada vez Dani parece gustarle me viene a la cabeza la apuesta con Carlos y Blas ¿le gusta de verdad o solo lo hace por eso? a veces me confundo...
    Yo a veces creo en las casualidades y el destino, solo a veces; esta es un claro ejemplo de sus destinos.
    SIGUIENTE :)

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    1. Jajaja si le ha dicho que no jaja
      ya yo tambien lo haria jajjaa
      Ahhhh ya se ira viendo si es por la apuesta o de verdad le gusta
      Creo que tienes toda la razon!!

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  2. Puede que tengas razon y si Abril ha sido un poco tonta al no besarle jaja
    Pronto!! jaja me alegro de que te guste cielo!!
    Besos

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  3. Puede que tengas razon y si Abril ha sido un poco tonta al no besarle jaja
    Pronto!! jaja me alegro de que te guste cielo!!
    Besos

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