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The story

Estas dos historias no son mías, las encontré por casualidad por facebook y me han encantado. Así que he decidido publicarlas para que todas podáis disfrutar de estas fantásticas novelas tanto como yo. No se quien las ha escrito pero son maravillosa. Espero que os gusten.


Gracias por leer.

martes, 14 de enero de 2014

Story of my life - Capítulo 14


Capítulo 14:



Llegaron al establo y se bajaron de los caballos. María se miró a si misma y se aguantó la risa. Estaba tan embarrada que si Matt la veía iba a darle un infarto. 

—Álvaro… —lo llamó. Él la miró y a ella le temblaron las piernas.
—¿Qué sucede? —quiso saber.
—¿Qué te parece si bañamos a los caballos? Los pobres quedaron tan sucios y todo por nuestra culpa.
—¿Tú bañar a los caballos? —dijo y comenzó a reír.


María abrió los ojos y la boca de la sorpresa a causa de su risa. Aquella risa viajó a través de ella en forma de escalofrío. Era totalmente injusto que el hombre le provocara tantas cosas. ¿Cómo era posible?


—¿Qué? ¿Acaso no puedo? —le preguntó recuperando sus pensamientos.
—Se te estropearían las uñas —le dijo divertido.
—No me subestimes, Álvaro. No he perdido la maña de hacer las cosas —le dijo amenazante. 


Él sonrió levemente ante su tono de amenaza. No, él no debía subestimarla. Ella no era una mujer a la que podía subestimar. Debía admitir que no era como todas las mujeres refinadas y estiradas de la cuidad. 


—Tienes razón, lo siento —se disculpó. Ella se aguantó una sonrisa.
—No sé, no sé si voy a perdonarte. Por mí puedes comerte tus palabras. Y no voy a perdonarte.
—Tú sabes que si lo harás, enana —sonrió Álvaro —Jamás fuiste muy buena enojándote conmigo. Te durará apenas unos segundos.
—Ya te demostraré que vas a comerte tus palabras.
—Ya lo veremos. 


Álvaro se alejó un poco de ella para buscar las dos mangueras y bañar a los caballos. Se sentía extrañamente feliz. Se sentía emocionado. Estar con María lo hacía olvidarse de todo y de todos. Encontró las cosas y luego le tendió una manguera a María.


—¿Sabes? —comenzó a hablar ella —Vivir en Londres jamás fue tan lindo como vivir aquí.
—Yo jamás me iría de Estados Unidos, ni mucho menos de este campo. Así que te creo cuando dices que jamás fue tan lindo.


Ella rió por lo bajo. Sabía que él le diría algo así. Álvaro amaba aquel lugar. 


María desenroscó la manguera y se acercó a White.


—¿Listo para asearte, bonito? —le preguntó al caballo. White le contestó.
—El que limpia primero al caballo, gana —dijo él. 


Ella sonrió y asintió levemente. El juego comenzó. Aquel instinto de competencia estaba dentro de ella de una manera asombrosa. Le gustaba competir con Álvaro. Era algo total y completamente sano. 


María rió divertida cuando White sacudió su cuerpo, provocando que ella se mojara. ¡Hacía cuanto que no hacía nada de esto! 


Álvaro vio como ella iba tomando ventaja en eso. No pensó que sería tan rápida, y de alguna manera quería ganarle. No sabía o entendía bien por qué. Pero tenía que hacerlo.


Así que decidió tomar ventaja. Sin que María se diera cuenta, él quitó la manguera del caballo y la apuntó.
María pegó un pequeño grito al sentir la fría agua sobre ella. 


Álvaro comenzó a reír con fuerza, todo esto era tan divertido. 


—¡Eres un tramposo! —le reprochó ella.
—No lo creo, señorita cuidad —le dijo él sin dejar de reír. 


Ella tomó su manguera y lo mojó. Él la miró sin poder creerlo, y la volvió a mojar. Ambos reían. Parecían dos niños pequeños jugando con el agua y saltando y corriendo.


—Ya, ya me rindo —dijo ella agitada de tanto correr y saltar.
—Si, yo también —le dijo él mientras se sentaba en un banco. María lo miró divertida y negó con la cabeza —¿Qué sucede?
—Nada, solo recuerdo cosas.
—¿Qué cosas? —le preguntó mientras veía como ella se sentaba a su lado. Su piel se erizó y no fue a causa de que estaba mojado. Su corazón bombeó más sangre de la normal al sentirla tan cerca. Ella lo miró fijo a los ojos.
—Recuerdos que tengo de todo esto… recuerdos de ti, recuerdos de nosotros.


Álvaro no pudo evitarlo y levantó una de sus manos para secar una pequeña gota de
 agua que pendía de la comisura derecha de la morena. 

María se congeló. Cada célula de su cuerpo fue conciente de aquel gesto tan… simple. La respiración se le atoró en la garganta. Quiso levantarse y salir corriendo de aquella extraña sensación. Pero no consiguió moverse. 

Álvaro quitó al fin la pequeña y molesta gota, pero no fue capaz de dejar de acariciarla. Llevó su mano hasta su mejilla, y como lo había hecho la primera vez que la volvió a ver, la acarició. 


Ella suspiró. Debería sentirse completamente alarmada por aquello, pero no lo hacía. Es más, ella quería quedarse así.


Ambos se sobresaltaron ante el repentino sonido de algo rompiéndose. Giraron la cabeza para ver como White se paraba entre sus patas traseras y luego salía hecho una fiera de la caballeriza. Álvaro se puso rápidamente de pie.


—¡White! —lo llamó en un grito y salió rápidamente para ver hacia donde se dirigía.


María lo siguió. Aun estaba algo tonta por lo que había pasado.


—¿Qué sucede? —le preguntó confundida. 


Álvaro seguía mirando el camino del caballo. No podía dejarlo, tenía que ir tras él.

—Algo no… —la miró y no pudo decirle nada. Ella estaba tan cerca. María fue consciente y se alejó rápidamente.
—Lo siento —dijo apresurada. Álvaro sacudió la cabeza.
—Va a ser mejor que vuelvas a la casa. voy a ir a buscar a White…


Entró de nuevo al establo, ella detrás de él. Álvaro se acercó a un nuevo caballo y lo montón sin ningún problema.


—Pero, Álvaro, estás todo mojado —dijo preocupada.


Él le dedicó una pequeña sonrisa.


—No te preocupes, enana —la calmó —Casi siempre vivo así.


Sin decir más nada salió galopando en el caballo. María se quedó parada observando el lugar por el que él había salido. No era posible que él hombre se viera tan bien mojado, sudado, lleno de barro y olor a caballo. Pero lo hacía. 


Una suave brisa sopló dentro del establo haciéndola temblar. Decidió hacerle caso a Álvaro y volvió a la casa.


Cuando ingresó el reconfortante calor hogareño la hizo cerrar los ojos. Lo que ella necesitaba ahora era un buen baño de espuma y dormir un poco. 


Pero a decir verdad no iba a poder hacerlo. No hasta que Álvaro volviera y ella lo viera sano y salvo. Subió hasta su habitación, entró al baño y abrió la puertita en donde estaba el espejo para sacar las sales de baño. 

Cuando la cerró dio un respingo ante el repentino reflejo de Matt detrás de ella.

—¡Matt, me asustaste! —lo retó.


El rubio sonrió pícaramente. Ella ya conocía esa sonrisa.


—¿Dónde estabas? —preguntó.
—Mmm… yo estaba…
—¿Por qué estás toda mojada?
—Bañé a los caballos y tan torpe como soy, ya sabes, me terminé bañando yo.
—¿Se puede saber que estabas haciendo con el papacito de telenovela?
—Nada, yo no estaba haciendo nada —dijo nerviosa.


De repente recordó la manera en la que él la había acariciado en el establo. Había sido tan tierno, tan delicado. 


—Pero por favor, querida —dijo como si estuviera ofendido. Se acercó a la bañera y prendió el agua mientras le quitaba a María las sales de las manos —¿Cuándo vas a entender que no puedes ocultarme nada? Soy como tu gemelo, sé todo lo que te sucede, siento tus emociones.
—Wow, eso me asusta —dijo ella.
—Lo que pasa es que tú te estabas haciendo la Heidy en versión moderna y en morocha. Te vi, Sweetness. Te vi yéndote con el bombón campestre hacia el bosque ¿Qué hicieron?
—No hicimos nada de lo que estás pensando —aseguró ella.


Matt soltó una divertida carcajada


—Yo no pensé nada. La que esta pensado eso eres tú. 


María lo miró con los ojos entrecerrados. 


—Solo me acompañó a montar, ¿contento?
—Mucho —sonrió.
—Matt…
—¿Qué? —inquirió.
—A ti… ¿te gusta Álvaro?
—¿Si me gusta Álvaro? —dijo confundido —Claro que si, ¿a quien no?







Hola amores!!!

Espero que os haya gustado el nuevo capítulo y como siempre vuestros comentarios abajo con lo que os ha parecido.

Gracias por leer.

Besos, María.

4 comentarios:

  1. Ya sabes que es perfevto; como siempre. Siguela :) Besitooos, Aurora

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  2. Lo del final me extrañó un poco ¿a qué viene esa pregunta? Ahora se pone celosilla, ya verás jajaja.
    Siento tardar, me encanta el capítulo.
    SIGUIENTE :)

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  3. Ya jajajja no importa cielo!!! Me alegro de que te haya gustado

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