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The story

Estas dos historias no son mías, las encontré por casualidad por facebook y me han encantado. Así que he decidido publicarlas para que todas podáis disfrutar de estas fantásticas novelas tanto como yo. No se quien las ha escrito pero son maravillosa. Espero que os gusten.


Gracias por leer.

martes, 28 de enero de 2014

Story of my life - Capítulo 16


Capítulo 16:



Álvaro llegó justo cuando vio que Robert Montoya intentaba entrar a la casa de los López a la fuerza. Sam y su madre le hacían frente en la puerta. Se bajó rápidamente de su caballo y se acercó con paso decidido. En ese momento Federico, el hijo mayor de Robert, se giró a verlo. Sonrió con malicia.

—Pero miren a quien tenemos aquí —dijo con sarcasmo—Al peón jefe. 
—Cállate, Federico —dijo Robert —No estamos aquí para juegos infantiles, vinimos a buscar a tu hermana. Déjame pasar, López.
—Ya te dije, Robert, tu hija no está aquí.
—Entonces ¿Por qué no me dejas entrar?
—Porque usted no es bienvenido aquí —habló maggi apuradamente —No después de lo que sus hijos le hicieron a mi sobrino.
—Ya dije que fue un error.
—Si, haber fallado —murmuró Alejandro. Robert lo miró mal. 


Álvaro se acercó hasta dónde estaba su madre y Sam, se paró delante de ellos y miró fijo a Robert Montoya. 


—Creo que el señor López fue claro, señor Montoya. Su hija no está aquí. 


Robert se acercó otro paso a él, desafiándolo. Álvaro ni pestañeó, la verdad era que no le tenía ni un poco de miedo a ese hombre. Entonces Federico y Alejandro sacaron sus armas. 


—Van a dejarme pasar —aseguró Robert.
—No —sentenció el castaño. Sintió la mano de su madre apretarlo con fuerza por detrás.
—Esto es demasiado, Montoya —dijo Sam algo nervioso —No tienes ningún derecho a amenazar a mi gente.
—Entonces déjenme pasar.
—¿Qué sucede aquí? —preguntó ella.


Todos los ojos giraron a verla. María estaba parada con una mueca preocupada, y a su lado estaban Sara y Matt, con dos canastas en las manos. Robert se alejó de Álvaro y sus hijos guardaron sus armas. 


—¿María? —preguntó Federico. Ella lo miró y al instante puso cara de desagrado.
—Federico —le dijo distante y volvió la vista a Álvaro —Vuelvo a preguntar, ¿Qué sucede?


Robert dio unos pasos hasta Sara y justo cuando iba a tomarla del brazo, María se puso en su camino. Álvaro se tensó. 


—Sara, ven aquí —le dijo. Ella ni se movió.
—Espere, espere, espere —dijo la morena —Necesito saber que sucede.
—Ellos vinieron a buscar a Sara porque creyeron que estaba con Alex.


María y Matt soltaron unas sonoras carcajadas y se miraron realmente divertidos.


—¿Con Alex? —dijo el rubio —Por dios, el pobre no puede ni salir de la cama después del disparo que le dieron.
—Y Sara ha estado con nosotros todo el día, juntando huevos —dijo María mientras le mostraba una de las canastas. 


Robert los miró consecutivamente a los tres, parecía no estar del todo convencido. Pero luego de unos cuantos segundos soltó un suspiro y se giró a ver a Sam.


—Lo siento, López.
—Está bien —dijo Sam.
—Nos vamos, muchachos —les dijo a sus hijos —Sara.


La chica le entregó la canasta a María con una pequeña sonrisa en los labios.


—Muchas gracias —murmuró.
—De nada —sonrió ella.


Sara se acercó a su padre. Luego de unos cuantos segundos todos vieron como ellos se alejaban. María y Matt suspiraron aliviados, habían logrado convencer al ogro. Chocaron sus manos y luego hicieron el baile que habían sacado de juego de gemelas. 


Álvaro los miró divertido, al igual que Sam y Marta.


—En realidad no estuvieron todo el tiempo con ella, ¿cierto? —preguntó Sam.
—No —dijeron los dos al unísono.
—Estaba por ver Alex, ¿verdad? —preguntó Marta.
—Si —volvieron a decir como loritos.
—Vamos a tener que ponerle verdaderamente los límites a ese jovencito —dijo la madre de Álvaro —Pero ya, entremos que el sol ya no está y la noche se pone algo fresca.


Todos asintieron. Pero María y Álvaro se quedaron parados en sus lugares, mientras que el resto ingresaba a la casa. La morena le sonrió levemente, él también lo hizo. Parecían dos tontos.


—¿Qué pasó con White? —preguntó ella luego de unos segundos.
—¿Quieres ir a ver? —dijo él.
—Si —asintió emocionada.
—Bien, vamos.


Se acercó a ella y tomó su mano para conducirla hasta su caballo. Se subió el primero y luego la subió delante de él. María se puso algo nerviosa. Estaban demasiado cerca el uno del otro. Su corazón comenzó a palpitar con más fuerza. 


Álvaro tenía aun el pelo húmedo por su tonto juego en las caballerizas, pero su ropa estaba seca. María se percató de que él se tensaba. ¿Sería por el mismo motivo que ella? Sin importar cuanto quisiera mirarlo a la cara, mantuvo la vista al frente.


Álvaro comenzó a andar. El suave viento de la noche les golpeó el rostro. Y no se dijeron nada en todo el camino, era como si no pudieran hablarse. El galope del caballo comenzó a disminuir. María vio que entraban como a un viejo establo. Álvaro giró a la derecha y se detuvo. La bajó a ella y luego se bajó él. 


—¿En dónde estamos? —preguntó la morena.
—Ya verás —dijo él. 


La volvió a tomar de la mano. Un tonto cosquilleó se formó en el estomago de ella. Era tan lindo que él la tomara de la mano como cuando eran niños. Era para darle seguridad. Caminaron entre la oscuridad hasta detenerse en la nada. María frunció el ceño y de repente Álvaro la soltó. Sintió miedo.


—¿ Álvaro ? —lo llamó
—Espérame un segundo que voy a buscar un poco de luz.


Ella solo asintió, aunque sabía que él no podía verla. Los segundos comenzaron a pasar lentamente para María. Ella podía escuchar perfectamente a Álvaro buscando algo, pero estaba nerviosa. Quería que él volviera a tomar su mano.


Entonces una luz se prendió. Ella entrecerró un poco los ojos, para poder mirar bien. Y allí estaba su caballo blanco, parado al lado de una yegua de color negro.


—¿White? —lo llamó. El caballo la miró y relinchó un poquito. 


Álvaro volvió a acercarse a ella y se puso a su lado, mirando a la linda pareja frente a ellos.


—Espera a ver lo que hay entre ellos —le dijo por lo bajo. Ella frunció un poco el ceño y de repente algo pequeño y blanco salió debajo de la yegua. Los ojos de María se abrieron bien a causa de la sorpresa.
—Me muero —musitó anonadada.
—Si, eres abuela —dijo Álvaro.


El pequeño potrillo caminó unos pasos torpes hacia ellos, pero luego volvió hacia atrás. María lo miró realmente enternecida. Era la cosa más bonita que ella había visto en su vida. Tenía hasta los ojos claros de White, pero la diferencia la hacía la mancha color negro en su ojo derecho.


—Es tan hermoso —dijo ella emocionada.
—Si —murmuró Álvaro —Cómo tú…


María siguió con la mirada fija en el potrillo, pero había escuchado perfectamente esas palabras. Aunque estaba segura de que él no había querido decirlas en voz alta, ya que apenas las había susurrado. 


Lo miró de reojo, él miraba fijamente al frente, y ella pudo distinguir un pequeño sonrojo en su rostro. Se aguantó las ganas de reír. 


—¿Cómo se llama? —preguntó para cambiar de tema. Álvaro se acomodó la garganta.
—No lo sé… no le puse ningún nombre ¿Cómo quieres llamarlo? —le dijo.
—No soy buena para los nombres. Le puse White a mi caballo blanco, es un poco obvio que es blanco, ¿verdad?


Álvaro rió por lo bajo y la miró. Sus miradas conectaron. Y sus rostros de diversión desaparecieron, para pasar a rostros de concentración. Más bien a rostros de tontos. Lo único que haría que dejaran de mirarse así sería que Matt o alguien los viniera a buscar, interrumpir o lo que fuera. 


Álvaro quiso que eso pasara. Porque por alguna estúpida razón quería acercarse más a ella, juntar sus frentes y luego sus labios. 


—Que se llame Apolo —dijo Álvaro precipitadamente. Tenía que pensar en otra cosa.
—Si, estoy muy de acuerdo —asintió ella, también tenía que pensar en otra cosa que no fuera agarrar y besarlo.








Hola amores!!! 

Siento haber tardado tanto en subir un capítulo, pero es que estaba de examenes. Espero que os haya gustado y también espero vuestros comentarios de lo que os ha parecido.

Gracias por leer.

Besos, María.

PD: os dejo el link de mis otras novelas:

La verdadera historia de Cato y Clove : http://masalladelaimaginacioncatoyclove7058.blogspot.com.es/
Un amor de verano: http://loquevamasalladelaimaginacion7058.blogspot.com.es/

2 comentarios:

  1. Aish, que hermoso capítulo :'')
    Casi nunca digo la parte favorita de los capítulos, pero cuando Álvaro ha llevado a María al viejo establo para ver a White, a la yegua y al potrillo se ha convertido en una parte favorita para mí.
    SIGUIENTE :)

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    1. Jjajaja me alegro de que te haya gustado, la verdad es que si es una escena muy bonita!! Besos

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