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The story

Estas dos historias no son mías, las encontré por casualidad por facebook y me han encantado. Así que he decidido publicarlas para que todas podáis disfrutar de estas fantásticas novelas tanto como yo. No se quien las ha escrito pero son maravillosa. Espero que os gusten.


Gracias por leer.

sábado, 8 de febrero de 2014

Story of my life - Capítulo 24


Capítulo 24:



Él la miró fijo a los ojos. Sabía que a ella le impresionaba la sangre. Y no quería hacerla pasar por aquello. Pero vio la firmeza en sus ojos y sabía que no iba a aceptar que él se negara. 

—Está bien —suspiró y se apoyó contra una pequeña montaña de paja. 
—¿Vas a decirme cuando tengo que detenerme? —le preguntó con miedo.
—Si —asintió algo débil. Comenzaba a sentirse mareado y lugar de la mordida le ardía como mil demonios.


Ella respiró profundamente y se arrodilló a su lado. Contó mentalmente hasta diez para calmarse. Ella solo tenía que succionar y escupir, nada más. Se inclinó sobre su hombro y sus labios hicieron el primer contacto con la sangre de la herida. El sabor metálico le tocó la lengua. Ella retuvo una arcada y posicionó sus labios bien. Comenzó con la succión. Cuando un poco de sangre llenó su boca, se alejó y escupió. Tosió un poco y volvió a acercarse a él.


—María —murmuró Álvaro —No tienes que hacer esto…


Ella volvió a escupir.


—Cierra la boca —le pidió —Claro que tengo que hacerlo.


Volvió a repetir la acción una y otra vez. De vez en cuando observaba a Álvaro y él mantenía sus ojos cerrados y una leve mueca de dolor. Su boca estaba repleta de aquel extraño y algo salado sabor. Tenía ganas de vomitar, pero se las aguantó. Escupió una última vez y lo miró.


—¿Debo seguir, Álvaro? —le preguntó preocupada.


Por así decirlo ya se le había ido un poco el asco. Pero no quería dejarlo sin sangre.


—Solo una vez más —musitó él.


Ella asintió y repitió la acción por última vez. Luego se puso de pie y fue por un poco de agua para enjuagarse la boca. Rápidamente volvió a su lado y le acercó la botella a los labios. Él estaba con los ojos cerrados y abrió la boca levemente para recibir el líquido. Se ahogó un poco y comenzó a toser. María dejó la botella a un lado y tomó su rostro. Álvaro abrió los ojos para mirarla. Había tanta preocupación en sus ojos.


—¿Estás bien? —le preguntó. Él sonrió débilmente.
—Gracias —murmuró. Ella lo acarició y sus ojos se llenaron de lágrimas.
—No, lindo, gracias a ti. Esa mordida debió ser mía, no tuya.
—Enana, te dije que no iba a dejar que nada te pasara.


Volvió a cerrar los ojos al sentirse tan cansado.


—Ya vienen por nosotros, ¿si? —le volvió a acariciar el rostro. Él hizo el esfuerzo de mirarla. Pero realmente comenzaba a sentirse mal. Pero por suerte María había actuado rápido y estaba seguro de que su cuerpo ya no tenía tanto del veneno que la serpiente le había proporcionado. Pero un poco del veneno que ya había actuado en su cuerpo, estaba haciendo efecto. De repente comenzó a sentir que su estomago se contraía y un terrible mareo lo atacó. Cerró los ojos fuertemente para soportar el malestar.


María se puso de pie y buscó su celular. Ellos ya debían estar allí por ellos. Entonces escuchó el sonido de un auto y salió para ver. Su padre y Alex bajaban del auto. Ella corrió hacia ellos.


—¡Gracias a dios que ya están aquí! Álvaro no está bien —sus lágrimas se hicieron más presentes. Estaba tan asustada —Lo mordió una serpiente.
—¿Qué? —preguntó Alex espantado y corrió hacia el establo en busca de su primo.


Ingresó y lo vio acostado contra una pared de paja. Se acercó rápidamente a él. Álvaro abrió los ojos para mirarlo.


—Alex…
—Shhh, tranquilo —le dijo él y se acercó a un mas. Vio los dos agujeritos profundos que estaban sobre su hombro —Vamos, hermano, salgamos de aquí…


Colocó un brazo debajo del hombro sano y lo paró. Álvaro sentía las piernas pesadas y dormidas, pero hizo todo el esfuerzo para caminar.


—María ha… ha sacado el veneno.
—Bien —asintió Alex—Ahora solo tenemos que desinfectar eso y que te vea el doctor…


Sam ingresó al establo y se acercó a ellos.


—Por dios, hijo —dijo preocupado —¿Cómo fue que pasó?
—Iba a morderme a mi —dijo María entrando —Pero Álvaro lo impidió y lo mordió a él.


Álvaro la miró y vio en sus ojos las lágrimas que luchaban por salir.


—No llores, por favor —susurró.


Y entonces la primera lágrima cayó por su mejilla.


—Tranquila, María —le dijo Sam — Álvaro va a estar bien…


Ella asintió y entre los tres lo llevaron hacia el auto. María se sentó atrás y Alex metió a Álvaro a su lado. El chico de ojos miel no podía mantenerse sentado así que lentamente fue acostándose hasta apoyar la cabeza sobre el regazo de María. Ella acarició sus cabellos. Él abrió los ojos y la miró. Ambos sintieron como el auto comenzaba a ponerse en marcha.


—No quiero que llores —le dijo con voz débil.
—Lo siento —murmuró ella —Pero no puedo evitarlo —se le aguaron los ojos —Todo es mi culpa.
—No, no —susurró —No digas eso…


Ella volvió a acariciarlo. Se le hacía tan familiar tocarlo. Darle consuelo de aquella manera tan simple. Él volvió a cerrar los ojos. Solo quería dormir.


—¡No le dimos las gracias al señor Mcadams! —dijo María recordándolo. Sam la miró a través del espejo retrovisor.
—Tranquila, cariño, luego se las das —le dijo.
—¡Y nuestras cosas quedaron ahí! —exclamó.
—Yo vendré por ellas luego —le aseguró Alex—Tranquila.


Ella asintió y volvió la vista a Álvaro. Al parecer se había quedado dormido, se inclinó un poco para escuchar si respiraba. Si, su respiración estaba allí. Estaba tan preocupada por él, tan asustada. El auto se detuvo frente a la casa y Alex se bajó rápidamente.


— Álvaro —lo llamó María. Él ni se movió — Álvaro, ya llegamos.


Está vez abrió un poco los ojos. Eso la calmó bastante. Él le sonrió como un bobo y ella no pudo evitar reírse.


—Eres tan linda —le dijo. Las mejillas de María se sonrojaron al instante. Tragó saliva y le acarició el pelo.
—Tú también lo eres —le aseguró.


La puerta del auto se abrió y Alex sacó a Álvaro con una facilidad terrible. María salió del otro lado y todos entraron a la casa. Marta se acercó a ellos y miró horrorizada a su hijo.


—¿Qué le pasó, dios mío? —preguntó.
—Lo mordió una cascabel —le dijo Alex. Marta se cubrió la boca espantada y se acercó a su hijo para tocarle el rostro.
—Llévalo al cuarto, Alex —le pidió a su sobrino —Voy a llamar al doctor…
—No hace falta, Marta—dijo Sam —Ya lo llamé yo y esta en camino.
—Gracias —dijo ella.


Llevaron a Álvaro a su cuarto y lo acostaron en la cama. Alex se encargó de limpiarle la herida. María estaba parada fuera de la habitación. Mattie llegó corriendo hacia donde ella estaba.


—Sweetness, ¿Qué pasó? —le preguntó y la abrazó.


Al instante ella se echó a llorar en los brazos de su mejor amigo. Se sentía tan culpable por todo lo que estaba pasando. El doctor llegó y Marta lo llevó hasta la habitación. María y Matt observaron como él ingresaba y sacaba a todo el mundo de allí adentro. Ella soltó un suspiro y miró a Matt.


—A Álvaro lo picó una serpiente.
—Oh my god —dijo sin poder creerlo —Eso es horrible.
—Me muero si le pasa algo, Matt, me muero —aseguró ella.


Él volvió a abrazarla y le acarició la espalda.


—Nada va a pasarle a tu galán, darling —le aseguró —Él es fuerte.


Ella solo asintió y se quedó junto a él. No iba a irse de esa puerta hasta que el doctor saliera. Luego de unos interminables minutos al fin salió. Todos se acercaron a él.


—¿Cómo está mi hijo? —le preguntó Marta.
—Él esta bien —sonrió el doctor —Solo tiene mareos, pero es normal… tiene un poco de veneno, pero la gran parte ha sido extraída a tiempo. La persona que lo hizo, lo hizo muy bien.


Todos miraron a María. La morena no supo que decir y solo pudo sonreír nerviosamente.


—¿Puedo pasar a verlo? —preguntó la morena.
—En este momento esta sedado y le dejé un par de medicamentos que tiene que tomar por una semana. Lo más probable es que levante fiebre en estas primeras 48 horas. Pero si puede entrar a verlo.


María iba a entrar pero se giró a mirar a Marta.


—¿No quieres entrar tú, Marta? —le preguntó. La mujer le sonrió dulcemente.
—No, cielo, ve tú.
—¿Segura? —inquirió.
—No hay nada mejor para Álvaro, que su dulce María—le dijo.






Hola amores!!!


Espero que les haya gustado el nuevo capítulo!! Gracias por leer y espero vuestros comentarios!!

Besos, María.

4 comentarios:

  1. Aiiis, me encanta cielo, espero el siguiente!!

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  2. María es una gran heroína. Final feliz al fin y al cabo. Me alegro de que Álvaro esté bien.
    SIGUIENTE :)

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  3. Pues si lo es, me alegro de que te guste cielo!!

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