Páginas

The story

Estas dos historias no son mías, las encontré por casualidad por facebook y me han encantado. Así que he decidido publicarlas para que todas podáis disfrutar de estas fantásticas novelas tanto como yo. No se quien las ha escrito pero son maravillosa. Espero que os gusten.


Gracias por leer.

sábado, 12 de agosto de 2017

Adicto a Ti - Capítulo 65



Capítulo 65:



Asentí mientras él decía el lugar. Yo sé perfectamente en donde queda. Cuando era niño me escondía de mi padre en aquel galpón que estaba detrás de la casa. 
—Sí, sé donde queda —dije y todos me miraron.
—Bien, enseguida mando unas patrullas —dijo él.
—No, yo voy —dije y corrí para salir del lugar.
— ¡No, espera! —gritó él.
Salí y encontré el auto de mi madre. Me subí rápidamente a él y comencé a manejar. Tenía que llegar a ese lugar antes de que fuera demasiado tarde. Giré mi cabeza hacia atrás para ver como todos comenzaban a seguirme en sus autos. Unas cuantas patrullas de policía también iban detrás de mí. Aceleré y me pasé varios semáforos en rojo. Pero nada de eso me importaba ya. Solo necesito llegar a ese lugar y sacarla de allí.
Me bajé corriendo del auto mientras todos los demás se detenían detrás de mí. Uno de los policías me agarró del brazo.
—No, es mejor que no entres —me dijo. Lo miré.
—Voy a entrar —aseguré y me solté de él.
— ¡No, Dani! —escuché la voz de mi madre.
Me giré a verla y vi su angustia. Negué con la cabeza y volví a correr para dirigirme a la entrada de aquel viejo galpón.
Llegué y con cuidado abrí la puerta de manija. Todo se veía oscuro y silencioso. Entré del todo y comencé a caminar por allí.
Todo estaba lleno de cajas y latas de pintura. Había ratas y bichos. Seguí caminando hasta que escuché su voz a lo lejos. Me acerqué más hacia el lugar.
—Pronto todo terminará, señorita Brooks —le dijo él.
Me asomé y allí estaba. Parado frente a ella mientras sostenía un arma con la que jugaba sin prestarle atención. Ella estaba sentada y atada a una silla. Un pañuelo sobre su boca le impedía hablar pero su rostro estaba empapado en lágrimas.
—Todo es una lástima, ¿sabes? —se detuvo frente a ella y la apuntó con el arma, justo en la cabeza. Abril cerró los ojos con fuerza —Todo hubiese sido distinto si solo Dani me hubiese escuchado. Pero no lo hizo. Está como idiotizado por ti y yo no puedo permitir eso. No puedo permitirlo —la miró y sonrió —Abre los ojos querida, quiero que veas —ella abrió los ojos y le sostuvo la mirada —¿Hay algo que quieras decir antes de morir?
Mi corazón se detuvo y la respiración abandonó mi cuerpo.
Ella asintió levemente y entonces él sonrió y le quitó el trapo de la boca.
—Yo… yo amo a Dani —le dijo temblorosa.
Tuve ganas de entrar allí corriendo, pero si lo hago él puede hacerle daño. Tengo que encontrar la forma.
—Todas dicen lo mismo —aseguró él.
—No, no estoy mintiendo. De verdad lo amo.
— ¿Y si lo amas por qué no lo dejaste? Tuviste que haberlo dejado si lo amabas. Pero no, decidiste no hacerlo. Entonces no lo amas, querida.
— ¿Por qué hace esto? —le preguntó ella.
—Ya se te acabó el tiempo para las preguntas —le dijo y le quitó el seguro al arma. La colocó bien sobre su cabeza. Ella volvió a cerrar los ojos.
— ¡No! —dije y me hice ver. Él se giró a verme.
- Dani —dijo ella temblorosa.
—Todo va a estar bien, mi amor. Voy a sacarte de aquí, lo prometo —le dije sin dejar de mirarla. Ella asintió y soltó unas cuantas lágrimas.
—Vaya —dijo mi padre y se alejó de Abril. Comenzó caminar en círculos —Viniste hijo, viniste a ver la muerte de tu novia.
—Suéltala Greoff, se terminó. Estás perdido —le dije.
—Si entendieras las cosas hijo, sabrías porque hago lo que hago.
—Solo quiero que la sueltes —dije y me acerqué un poco más a él, que retrocedió levemente y apuntó de nuevo a Abril —Mátame a mi Greoff.
—No —musitó Abril.
— ¿Morirías por ella? —me preguntó. La miré y ella negó con la cabeza sin dejar de llorar.
¿Cómo no voy a morir por ella? ¿Cómo no voy a morir por su sonrisa? ¿Cómo no voy a morir por esa paz que me causa? ¿Cómo no voy a morir por el amor que despertó en mí? ¿Cómo podría seguir sin ella? Nada tendría sentido… ni siquiera seguir viviendo.
—Claro que sí —dije sin dejar de mirarla.
—Pero yo no quiero que lo hagas —me dijo él. Volví a mirarlo —Creo que aún no has entendido nada, hijo.
—Sí que lo entiendo, estás loco —le dije —Toda tu vida me odiaste y jamás pudiste verme feliz. Porque estás loco.
Él negó y se acercó a Abril para apoyar el arma al costado de su cabeza. —Puede ser que tengas razón al decir que te odié. Y sí, lo hice. Te odié más que a nada en este mundo —admitió mientras seguía sosteniendo el arma cerca de Abril —Pero después te tomé cariño, a mi manera claro.
—Eres un psicópata —dije entre nervioso y divertido.
—Yo no quiero que tú termines igual que yo —dijo y me miró. Un nudo se formó en mi garganta.—Por eso lo mejor va a ser que ella muera.
—No, no —dije negando con la cabeza —Yo la necesito, mucho.
—Por eso mismo, hijo. Es mejor sacártela ahora que luego. Ella se volverá una obsesión para ti. Peligrosa y que te hará odiar hasta a tus propios hijos… como pasó conmigo —lo miré y negué con la cabeza —Te volverá loco y no podrás vivir en paz nunca. Y a pesar de que si te odié, eres mi hijo y por eso no quiero que pases por lo mismo.
—Pero yo soy yo, Greoff. Yo amo a Abril y la necesito… no solo porque es mi obsesión. Es la persona que me complementa. No podría vivir sin ella.
— ¿Y que pasara el día en que se canse de ti? —preguntó —¿ Qué harás?
—Lo entenderé, si ella ya no es feliz conmigo voy a entenderlo.
—No hijo, no entiendes. No podrás dejarla y te volverás loco. Te lo aseguro - Volvió a quitarle el seguro al arma y lo acercó más a Abril.
— ¡No, Greoff! —escuchamos su voz.
Me giré a verla y allí estaba ella. Mi padre se alejó de Abril y la miró bien.
—Anne —susurró mientras sus ojos se iluminaban y una sonrisa aparecía en él.
—No puedes hacerle eso a esa joven, Greoff. Y mucho menos a tu hijo —le dijo ella mientras se acercaba más a él.
—No, mamá —dije en intenté acercarme a ella pero con un gesto de mano me detuvo.
—Si alguien tiene que morir aquí, esa soy yo —dijo. Negué con la cabeza —Suelta a Abril y déjala con Dani. Esto es entre tú y yo.
Sin dejar de mirarla mi padre se acercó a Abril y comenzó a desatarla. Abril
 se soltó y al instante su puso de pie y corrió hacia mí. 
La abracé con fuerza a mi pecho cuando comenzó a llorar compulsivamente.
—Ya mi amor, ya —le susurré al oído.
—Tuve tanto miedo, Dani. Pensé que jamás volvería a verte —dijo sin apartarse de mí.
—Todo terminó, estoy aquí —besé su frente y luego busqué sus labios e hice lo mismo.
Volví a abrazarla con fuerza. Levanté la vista y miré a mis padres. Ahí parados uno frente al otro. Mi madre sonrió levemente.
—Ya no más Greoff, se terminó —le dijo ella.
— ¿Por qué me hiciste lo que me hiciste, Annie? Si yo te amaba —le dijo él.
—Yo también te amaba, Greoff. Pero no supiste manejar el amor. Lo volviste una enfermedad. Despreciaste a nuestro hijo y mira como estas ahora.
—Por eso tú vas a morir —dijo él.
—Vamos Greoff, termina con la obsesión que te trajo hasta aquí —le dijo ella.
— ¡NO! —grité y abracé más fuerte a Abril para que no viera nada de lo que estaba pasando.
Ella escondió su rostro en mi pecho. Cerré los ojos y entonces aquel sonido entró con fuerza por mis oídos. No los abrí por unos cuantos segundos. Todo se detuvo a nuestro alrededor. Abril seguía escondida en mi pecho y los segundos se hicieron interminables.
Lentamente abrí mis ojos y la vi allí parada con la mirada perdida en un punto. Miré a sus pies y allí estaba él con el arma en la mano y una bala en la cabeza. Se mató, él mismo se mató.
Los policías comenzaron a entrar y agarraron a mi madre para alejarla de Greoff. Phill entró corriendo al lugar y tomó a mi madre para abrazarla con fuerza. Ya todo al fin había terminado.
—Vamos, vamos afuera por favor —dijo uno de los policías y se acercó a nosotros.
Sin soltar a Abril comencé a caminar hacia la salida. Cuando salimos Abril se soltó de mí para correr hacia los brazos de sus padres.
Ellos la abrazaron con fuerza y Gina rompió en llanto. Giré hacia mi derecha y mi madre estaba entre los brazos de Phill. Ella me miró y se alejó con cuidado de su marido. A paso lento se acercó a mí. Con una de sus manos acarició mi mejilla.
—Todo termino, Dani —me dijo con voz temblorosa.
—Lo sé —musité.
—Y tú no tienes la culpa —siguió acariciando mi mejilla.
—Eso también lo sé.
Ella sonrió con los ojos llenos de lágrimas y me acercó para abrazarme con fuerza. La apreté un poco más y me sentí realmente protegido.
Me alejé de mi madre y giré para encontrarme con Abril frente a mí. Sonreí levemente y ella copió mi acción.
—Ven aquí —susurré y ella corrió hacia mis brazos. Volvió a esconder su rostro en mi pecho y acaricié su espalda dulcemente —Casi muero cuando vi que te llevaban.
Mis labios rozaron su frente. La sentí temblar levemente.
—Gracias, mi amor —susurró.
Levantó la vista de mi pecho y me miró. También la miré. Levanté mi mano y acaricié su rostro.
—Ya no más obsesión Abril, ya no más —dije y la besé suavemente en los labios sabiendo que ahora todo estaría bien.





Hola, hola!!

Aquí esta el último capítulo, ¿qué os ha parecido?

Gracias por leer y espero que comentéis.

Besos, María.

No hay comentarios:

Publicar un comentario