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The story

Estas dos historias no son mías, las encontré por casualidad por facebook y me han encantado. Así que he decidido publicarlas para que todas podáis disfrutar de estas fantásticas novelas tanto como yo. No se quien las ha escrito pero son maravillosa. Espero que os gusten.


Gracias por leer.

domingo, 3 de julio de 2016

Adicto a Ti - Capítulo 33


Capítulo 33


Me desperté a causa del sonido de unas ollas. Levanté mi cabeza y miré hacia la cocina. María era la que estaba haciendo ese insoportable sonido.

— ¿Qué haces? —le dije con la voz somnolienta.
—Busco mis aretes —me contestó — ¿Los has visto?
— ¡Quiero dormir 
María! —la regañé y volví mi cabeza a la almohada.
—Lamento arruinar tu sueño, pero es hora de que te levantes, vamos a llegar tarde a la Universidad —dijo ella. Gruñí por lo bajo y me senté en el sillón, mientras restregaba mis ojos para poder mirar bien, me puse de pie y comencé a caminar hacia el baño —Oye, ¿Qué tienes?
— ¿Por qué? —le pregunté deteniendo mi paso.
-— Porque estas así como… renovado, como nuevo. Tienes una mirada distinta y pareces hasta contento —me dijo.


"Abril’’Pensé en ella al instante. Estaba como nuevo por lo que había pasado con Abril. Me sentía extrañamente renovado, como si hubiese dormido unos tres días seguidos.


—Estoy haciendo yoga —le dije a V mientras entraba al baño.
— ¿En qué momento? —preguntó ella y pasó por mi lado hasta la habitación.


Entré al baño y lavé mi cara y mis dientes. Escuché como tocaban la puerta de baño.


—¿Sí? —dije mirando hacia la puerta. Mi prima la abrió y se asomó.
—Me voy primito, Abril ya está abajo por mí —me dijo.


Me paré bien derecho y la miré fijo. Ella estaba abajo…


—Está bien, te veo luego —le dije.


Ella me sonrió y salió de allí dejándome bastante alterado. Abril estaba abajo, en su auto yendo hacia la Universidad. De seguro va a contarle contentísima a 
María lo que pasó esta madrugada.
Sonreí y terminé de arreglarme para salir de casa y subirme a mi linda moto. El día estaba espectacular, un sol radiante y un cielo azul. Me puse mis anteojos y prendí marcha hacia la Universidad.

Llegué mis amigos ya estaban en el lugar de siempre. Me bajé de Betty y miré el auto de Abril. Ellas ya estaban adentro…


— ¿Qué tal hermanos? —les pregunté contento mientras me acercaba a ellos y los abrazaba a cada uno por separado.


Blas se alejó de mí y me miró con desconfianza.


— ¿Quién eres? ¿Dónde está Dani? —me preguntó mirándome de arriba a abajo.
—Soy yo, soy yo ¿Acaso no puedo abrazar a mis hermanos? —les dije.
—No, este no es Dani —le dijo el castaño a Blas. Reí divertido.
—Vamos, hay que entrar, se nos hace tarde —dije y comencé a caminar. Detuve mis pasos y me giré a verlos. Sonreí por lo bajo — ¿Pueden moverse?
—No, este de verdad no es Dani. ¡Tengo miedo Carlos! ¡Tal vez una nave espacial rapto al verdadero Dani y nos dejó a este que da abrazos y quiere llegar temprano a clases!


Carlosme miró fijo analizándome. Hasta que una sonrisa de idea atravesó su rostro.


—Yo sé que es lo que le pasa —dijo el castaño. Blas lo miró.
— ¿Qué le pasa? —le pregunto Blas.
— ¿Acaso no te has dado cuenta Blas? Mira su cara, mira su aura, su rostro, su cara de relajación y renovación. Dani tuvo una muy buena noche, por eso está así —le dijo él.


Blas me miró fijo y sonrió.


—Ooooh, ya entendí —dijo Blas y ambos se acercaron a mí. Sonreí por lo bajo, estos dos siempre encontraban la manera de saber lo que me pasaba — ¿Quién fue la afortunada si se pueda saber?
Comenzamos a caminar hacia el edificio de la Universidad. Apreté mis labios y solté un suspiro. Los miré a ambos y sonreí.
—No voy a decírselos —les dije.
—Oh, vamos —dijo Blas —Debemos saber quién te dejó como nuevo.
— ¿Fue Kate? —preguntó Carlos. Lo miré extrañado.
— ¿Quién es Kate? —le dije.
—No, no fue esa. Ni siquiera la recuerda.
— ¿Jenny? - dijo Blas. Negué con la cabeza y reí.
—No van a saberlo, es una forma que le debo de respeto. Soy un caballero no voy andar contando que me acosté con ella por ahí —les dije.
—Pero nosotros no somos cualquiera, somos tus amigos, tus hermanos… podemos saberlo —me dijo Carlos.
—No, no van a saberlo —dije firmé.


Detuve mi paso al ver como ella caminaba hacia nuestra dirección hablando con Emma y con mi prima. Las tres nos miraron. Emma y 
María sonrieron, pero ella no lo hizo. Su mirada seria se desvió de mí para sonreírle a Carlos. Se acercaron a nosotros.

Carlo besó a Emma, y ella se quedó abrazada a él. Miré a mi prima que le sonreía tontamente a Blas. Posé mi mirada en Abril. Ella miraba sus uñas sin preocupación, y como si yo no estuviera allí.
Acomodé mi garganta.


—Hola —le dije. Levantó su vista y me miró. Sonrió fingidamente.
—Hola —dijo secamente. ¿Qué estaba pasando aquí?
— ¿Cómo estás? —le pregunté. Se giró a ver a 
María.
— ¿Por qué no entramos? El profesor ya va a llegar —dijo y empujó a mi prima hacia el salón.

Fruncí el ceño y miré hacia el salón en donde ella acababa de entrar. Sacudí mi cabeza y entré. La miré y ella se sentó al lado de mi prima. 
María la miró divertida y rió… ¿Le habrá contado?

Creo que aún no, porque si fuera así María ya me hubiese dedicado una mirara cómplice y divertida, y aún eso no había pasado.

Lo dejé pasar, tal vez ella solo esté jugando conmigo. En cualquier momento se acercara a mí y me dirá lo bien que la pasó conmigo. Sí, eso es lo que va a pasar.

El profesor llegó y la clase comenzó. La miré y ella miraba fijo al frente, bajé mi mirada a la forma en la que estaba sentada.


Sus piernas cruzadas, una encima de la otra. Apoyó su codo derecho sobre la mesa y corrió todo su cabello para el otro costado, dejándome una sensual vista de la piel de su cuello. Tragué ante el recuerdo de su sabor… ella estaba jugando conmigo, ella quería provocarme. Mientras seguía acomodando su cabello, su mirada se cruzó con la mía. Me fijó por unos cuantos segundos, pero rápidamente volvió a mirar al frente. ¡Maldita sea! ¡Ella es una… una… una maldita! Las horas seguían pasando y la actitud de Abril era cada vez más extraña. No sé porque, pero creo que me odia.
La felicidad que tenía a la mañana, se estaba consumiendo de a poco. Zayn miró a la mesa en donde estaba Abril sentada sola, escribiendo algo en su celular.


— ¿Me parece a mí o Abril esta algo… mal? —dijo Carlos. La miré con ojos venenosos.
—Yo veo que está perfecta —dije con tono enojado —Incluso es más indiferente conmigo que antes.
— ¿Y por qué no debería de estar indiferente? —me preguntó el castaño.
—Pobrecita, me parte el alma —dijo Blas y se puso de pie —Voy a preguntarle qué le pasa…


Carlos y yo vimos como Blas se acercaba a la mesa de Abril y se sentaba frente a ella. Abril lo miró sorprendida y le sonrió al instante. Blas le preguntó algo y ella negó con la cabeza sin dejar de sonreír. Blas le volvió a decir algo y ella asintió sonriendo. Le dijo algo y Blas se puso de pie. Emma y 
María llegaron para sentarse junto a ella, mientras Blas regresaba a nosotros.

— ¿Y? ¿Qué tiene? —preguntó el castaño.
—Dice que nada, solo que está un poco cansada porque no durmió bien anoche —dijo él.
— ¿Le preguntaste por qué? —le dije a mi amigo.
—Sí —dijo asintiendo —Me dijo que se quedó viendo una película cómica hasta muy tarde…
—Por lo menos pudo haber dicho que fue una de acción —susurré por lo bajo.
— ¿Qué? —dijo Blas.
—Nada, nada – me apresuré a decirle.
—Oye, tú no estabas tan radiante solo por eso, esta mañana —me dijo Carlos
— ¿Por qué estabas tan radiante?
—Olvídalo, mi sol se está consumiendo en sus propias llamas —le contesté.
—Su felicidad se está convirtiendo más bien en la razón de una profunda oscuridad que poco a poco lo va apagando —le dijo Blas.
—Sigo sin entender —aclaró Carlos.
—Traducción para ti Carlos —le dije y lo miré —Hay que tener cuidado con lo que deseas.


De repente el castaño sonrió abiertamente como si acabara de recordar algo que lo hizo muy feliz.


—Ayer hice el amor con Emma —confesó sin dejar de sonreír.
—Uuuh...No quería saber eso —protestó Blas.
—Yo menos —le dije — ¿Qué pasó con el código de caballerosidad?
—Es que ella ya no es una cualquiera no voy a acostarme con ella una sola vez. Voy a hacerlo muchas veces más —nos dijo.
— ¿Por qué eres tan demostrativo? —le dije y miré la cara de Blas.
—Cuando hagas el amor con alguna, te vas a dar cuenta. No es cosa de una sola noche, vas a querer hacerlo todas las noches que sigan —me dijo.


Dirigí, inconscientemente, mi mirada a Abril. No, ya esta, con lo de ayer alcanzó, puedo volver a ser como antes... yo no quiero hacerlo de nuevo con ella.


Mentira... si quiero volver a hacerlo... pero no porque nosotros hayamos hecho... hecho el amor, no.
Eso no fue aquello... Solo porque ella... ella es increíble.


— ¡Reacciona Dani! —me dijo fuerte Blas haciendo que saliera de mis pensamientos.
— ¿En qué estabas pensando? Tenías cara de no y luego de si —me dijo Carlos.
—Estaba pensando en las probabilidades de lo que acabas de decir —le dije.
—¿Y cuáles son? —me preguntó.
—Son total y completamente nulas —le aseguré. 


Entonces Carlos se puso de pie cuando vio como Emma se acercaba a nosotros.


—Ya vuelvo —nos dijo y se alejó con ella.


Un celular comenzó a sonar y era el de Blas, miró la pantalla y se alejó de mí, haciéndome un gesto de espera. Me dejaron solo en la mesa. Miré a la mesa de Abril y mi prima que hablaban. 
María le habló indignada. Me puse de pie y me acerqué a ellas, sentándome justo al frente de Abril. Ambas me miraron. Pero al instante María volvió su vista a su amiga.

—Estas insoportable Abril —le dijo con tono enojado.
—Si no te gusta, no me hables —le contestó ella.
— ¿Pasa algo? —pregunté. Mi prima me miró.
—No lo sé, esta intratable... no le puedes hablar mucho porque se irrita... para mí que estas en sus días.
—No —le contesté muy seguro. Abril me miró asesinamente.
— ¿Cómo lo sabes? —me preguntó la castaña.
—Solo está así porque vio una película cómica por la noche… al parecer le gusto mucho mientras duró… pero luego la irritó —le dije a 
María sin dejar de mirar a Abril.
—Pues creo que tú también la has visto —me dijo ella.
—¿De qué hablan? —preguntó 
María.

Mi mirada seguía fija en Abril, al igual que la de ella en la mía. Era como si me estuviera desafiando a hablar.

—La diferencia es que yo no me arrepiento de haberla visto, es más me encantó, pero creo que la clasificación que le dieron no fue la apropiada —le dije a Abril.
—Yo creo que te asusto un poco —me dijo — ¿No te fuiste corriendo?
— ¿Acaso querías que me quedara a terminar de verla? Creo haber escuchado que ya era muy tarde…
—Esperen un momento —habló 
María colocando su rostro en medio de ambos — ¿Ustedes estaban juntos ayer?
—NO —dijo Abril.
—SI —la contradije.


María nos miró con más confusión que antes.


—¿Sí o no? ¡Decídanse! —nos pidió.
—Nos habíamos reconciliado, primita —le conté mientras una sonrisa burlona se dibujaba en mi rostro.
—Para una reconciliación hace falta una relación, Dani. La cual tú y yo no tenemos —me dijo ella.
 Sonreí mirándola fijamente al recordar mi apellido en sus labios, pero de manera agitada.
—Ignórala María —le dije a mi prima —Solo está molesta porque no quiere admitir que la película le encantó.
—Pero, ¿Qué tienen en común la película y la reconciliación? —preguntó confundida.
— ¡Todo! —dijimos ella y yo al unísono.





Holaaaa!!!!

Aquí está el nuevo capítulo, espero que os guste.

Gracias por leer y comentar.

Besos, María.

1 comentario:

  1. Aunque no lo admita, si esta enamorado jaja Y si en el fondo quieren estar juntos pero Abril se hace la dura, es el chico malo, en cuando a Daño cree que el amor no es para él, pero esta hecho para él.
    Me alegro de que te haya gustado. Espero poder subir otro hoy.
    Gracias a ti por leer y Comentar.
    Besos

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